El Agave y sus Multiples Usos
Agave (Pita, mezcal, agave, maguey)
Taxonomia
Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Liliopsida
Subclase: Liliidae
Orden: Asparagales
Familia: Agavaceae
Género: Agave
Nombre común: Pita, mezcal, agave, maguey...
Virtudes del Agave o mezcal
Dentro del reino vegetal existe un abundante número de especies que han desarrollado una especial capacidad para acumular importantes cantidades de agua en el tallo, las raices o las hojas. Estos reservorios les permiten sobrevivir en territorios especialmente áridos donde la lluvia escasea. Son las denominadas plantas suculentas o crasas, de las que forma parte el agave.
El epicentro territorial de este género se encuentra en México, aunque coloniza tierras del sur de los Estados Unidos y del norte de Sudamérica. Se conocen más de doscientas especies de mezcal, caracterizadas todas ellas por el color verde de sus largas y gruesas hojas o pencas, terminadas en una punzante espina. Estas hojas circundan al tallo, por lo general de escasa altura, formando un rosetón.
La pita requiere para sobrevivir de sol y calor, soportando bien la sequía. El agave florece una única vez a lo largo de su vida. Un abundante número de flores tubulares nacen en el extremo aéreo de un larguísimo tallo recto -puede llegar a alcanzar los diez metros de altura- que brota en el centro del rosetón. Madurado el fruto la planta fenece, aunque le sobrevivirán los hijuelos que a lo largo del tiempo han ido naciendo en la base de la planta.
El mezcal fue en el pasado un elemento esencial de la cultura indígena por el variado uso que se le daban a los diferentes componentes de la planta y por las connotaciones religiosas que le atribuían los mayas.
Se dice que fue el sacerdote maya Zamná, fundador de Chichén Itzá, quién descubrió las propiedades del mezcal y enseñó a su pueblo a beneficiarse de ellas. A partir de entonces en todos los patios se plantaron agaves.
En la actualidad su cultivo tiene una importancia económica de primera magnitud, aunque fue mayor en el pasado. En el Yucatán, la producción de agave fue durante ciento cincuenta años el eje fundamental de su economía, habiéndose otorgado a la pita el sobrenombre de "oro verde".
Fueron los colonizadores españoles y portugueses los que introdujeron la planta en Europa. De sus jugos se obtienen licores de alta graduación, como el mezcal y la tequila. El pulque apenas contiene un cuatro por ciento de alcohol y resulta muy nutritivo.
También se ha utilizado el maguey para:
- Coser con las fibras de sus hojas. La espina hacía las veces de aguja.
- Establecer las lindes de los terrenos, plantándose a modo de largos setos.
- Fabricar instrumentos musicales de percusión y de viento.
- Hacer papel.
- Techar las viviendas con sus hojas.
- Extraer fructosa con la que elaborar alimentos dietéticos.
- Fabricar jabón con sus raíces.
- Utilizarlo como abono y también como combustible.
- Alimento de los animales domésticos.
- Producir fibra natural con el sisal que se extrae de la hoja.
- Extraer de su savia el sirope, un buen sustitutivo del azucar, conocido como néctar o miel de agave. Las personas con diabetes toleran mejor el sirope que otros azúcares refinados.
- Atraer a determinadas especies de insectos, como la hormiga aguamielera y el gusano magueyero, que son utilizados por el hombre como fuente proteínica.
- Fines medicinales.
Vistas sus múltiples utilidades, puede afirmarse que el mezcal le proporciona al hombre vestido, alimento y cobijo, le restituye la salud, y le alegra el corazón.
Obtención de la fibra vegetal, la pita del Agave
En primer lugar hay que retirar las partes con pinchos: la punta (que, con un poco de maña puede salir ya con fibras unidas a ella y ser utilizada como aguja e hilo) y los bordes de la hoja de pita. Para ello se puede utilizar una lasca de sílex
A continuación, se trata de ir retirando la parte carnosa, para ir dejando expuesta las fibras...
Una vez tenemos acceso a las fibras, debemos, usando algo punzante (en este caso un trozo de hueso) tratar de extraerlas. Saldrán todavía con bulba.
Tirando de ellas con cuidado lograremos extraerlas a todo lo largo; cuanto más largas logremos extraerlas, mejor.
A continuación, debemos limpiar la fibra y librarla de la mayor cantidad posible de bulba que podamos; de no hacerlo, corremos el riesgo de que ésta se pudra y arruine nuestra fibra.Se puede "filtrar" los hilos por una caña cortada longitudinalmente; la bulba queda a un lado...
Después podemos enjuagarlas y dejarlas secar al sol y ya tenemos un buen manojo de fibra para trabajar con ella.
Hay que tener cierta precaución al extraer esta fibra; hay gente muy, muy sensible al jugo de la bulba, Este puede producir severas irritaciones en la piel. Hay que evitar el contacto con los ojos y las mucosas. Actuar con precaución.
Cortesía de: Paleoforo Autor:Triballica Perdidoenelamazonas